Enseñar a los niños a tomar sus propias decisiones puede ser una de las tareas más importantes y trascendentales en la vida de los hijos, y es que su importancia radica no solo en la forma como éstas se toman, sino en la madurez, optimismo y responsabilidad con la que se afrontan los resultados, ya que no siempre son los deseados.
Las decisiones se deben tomar a diario y muchas veces comienzan con situaciones tan sencillas como escoger el grupo de compañeros con el que se desea trabajar, si se come o no las verduras de la lonchera, o si quieren ir al cine o a tomar un helado.
Brooks y Goldstein en su libro “Cómo fortalecer el carácter de los niños” menciona que: “La capacidad de resolver problemas y de tomar decisiones forma parte fundamental de una actitud mental de fortaleza de carácter… posibilita que los niños se enfrenten a sus desafíos basándose en confiar en lo que pueden controlar”. Partiendo de idea se puede decir que conforme los hijos crecen, las decisiones y las responsabilidades van creciendo con ellos. La tarea de los padres será prepararles y apoyarles para que sean autónomos, lo cual se logra enseñándoles la “libertad responsable” de elección, es decir, aprender a asumir las consecuencias de sus actos.
Como parte de ese crecimiento, muchas veces los hijos deben enfrentar el fracaso, la equivocación de una mala decisión, o bien, la frustración cuando las cosas no salen como ellos las han planificado. Es en la infancia donde esta ardua tarea de aprendizaje comienza, y a su vez, la que les enseña la manera de resolver los conflictos y los problemas. Lo más importante acá es que los padres estén siempre presentes para respaldarlos, sin reacciones exageradas, de lo contrario, solamente conseguirán hacerlos inseguros, con miedo a fallar, y les estarían privando de inmensas oportunidades de aprender.
Establecer responsabilidades en casa acordes a la edad, limitar las opciones cuando de elegir se trate, definir el problema y establecer prioridades pueden ser algunos consejos que se pueden practicar con ellos. Sin embargo, uno de los pasos más importantes será enseñarles a aprender de sus errores, lo cual se logra a base de diálogo y valoración de las consecuencias derivadas de sus actos o de las decisiones que toman.
Los niños aprenden a tomar decisiones en el seno familiar, se les debe brindar la oportunidad de practicarlo, orientándolos pero sin sobreprotegerlos. Como dice Sal Severe: “A medida que los niños se vuelven más razonables y se muestran más responsables, se les debe otorgar más autoridad en sus vidas.” Todo ello les ayudará a que tengan más confianza en sí mismos y a que tomen mejores decisiones en sus vidas.
Lcda. Astrid de Rodriguez
Coordinadora Secundaria
Centro Escolar Campoalegre