Los centennials, new silent generation o simplemente generacion z, como se les conoce, representan aproximadamente el 25% de la población mundial. Son chicos que aún no llegan a la mayoría de edad pero que cuando nacieron, la tecnología moderna ya estaba instalada y por ello que no conocen un mundo sin internet; son verdaderos nativos digitales y su cerebro está de forma natural, preparado para vivir en un formato digital.
Son muy creativos, poseen una inteligencia pragmática, miden el éxito a través del prestigio que puede tener una persona y viven bajo la idea que tienen que hacer “lo que les haga felices” pero siendo los mejores. Esta última idea puede jugar en contra ya que los padres, sobre todo, tienden a celebrar cada uno de sus logros o a premiarlos, pero cuando ellos no logran su objetivo se frustran con facilidad.
Con esas características seguramente educar a los centennials puede representar todo un reto tanto para padres de familia como para los docentes, estar tan expuestos a la tecnología crea en ellos una cultura de inmediatez, por lo que la educación tradicional poco funcionaría. Debe optarse más bien por actividades cortas que representen un reto para su aprendizaje.
En el aula, tal como se está implementando ya en algunos países, la gamificación o uso de elementos de juego con contexto lúdico puede ser una alternativa que va encaminada más bien a modificar sus hábitos de aprendizaje. La realidad virtual y el micro learning también apoyan en el proceso ya que buscan fragmentar contenidos e introducir imágenes y material visual, tal sería el caso de las infografías o los videos.
Por su lado, los padres de familia deben, sobre todo, promover la independencia y animarlos a enfrentarse a los retos que ello supone, recordando que el adulto es un guía, no quien resuelve los problemas por ellos. Deben educar el carácter y fortalecer las virtudes para que adquieran criterios adecuados al momento de navegar en las redes; en otras palabras, desarrollar la ciber sabiduría.
El gran desafío será educarles para que se enfoquen en actividades que inciten el desarrollo de sus capacidades escolares y personales, promoviendo herramientas de interacción social y fortaleciendo los valores en el entorno que se desenvuelven.