Leslie Acevedo
En 1980 se dieron las primeras discusiones sobre si era apropiado limitar el tiempo que los niños permanecían frente al televisor, ya que entonces se iniciaron una serie de estudios que relacionaban el excesivo tiempo frente al televisor con problemas de obesidad y dificultades con la lectura. Treinta años después nuevas variables se incluyen ante este problema: el celular, la computadora, tabletas, y videojuegos con acceso a internet. Ahora más que nunca debemos hacernos la pregunta: ¿Debo limitar el tiempo que mi hijo pasa frente a una pantalla?
En el sitio web de la Academia Americana de Pediatría (AAP) se establecen ciertas reglas:
- Hasta los dos años, el uso ocasional de dispositivos inteligentes en compañía de los padres de familia
- De los dos a los cinco años, hasta un máximo de una hora al día.
- Algunos expertos del Canadian 24-hour Movement argumentan que un máximo de dos horas al día en niños y adolescentes en edad escolar es lo recomendado.
Estos límites son respaldados por el estudio longitudinal Adolescent Brain Cognitive Development realizado en Estados Unidos sobre el desarrollo cerebral y su impacto en la salud de los niños.
Pruebas realizadas con más de 4,000 niños muestran que el limitar el tiempo frente a dispositivos a no más de 2 horas al día, influye en un mejor proceso atencional, memoria y habilidad lingüística, especialmente si existe suficiente tiempo de sueño.
Consecuencias del abuso de la tecnología
Datos preocupantes fueron presentados cuando este tiempo es mayor: se observaron cambios en la estructura cerebral cuando los niños o jóvenes en edad escolar pasan más de siete horas al día frente a un dispositivo. De acuerdo con Florence Breslin del Instituto Laurete de Investigación Cerebral, estos cambios consisten en la “disminución del espesor cortical y mayor volumen de la materia gris, lo cual es evidente en cerebros más maduros”.
Existen opiniones encontradas en cuanto al tiempo recomendado que un niño o joven en edad escolar debe pasar frente a un dispositivo inteligente; Sin embargo, lo más importante es potenciar en los niños y jóvenes las destrezas de aprendizaje a través de actividades lúdicas utilizando material concreto, y el desarrollo de las habilidades sociales que únicamente pueden lograrse a través de la interacción con otros. Los momentos en familia y el compartir tiempo uno a uno con nuestros hijos, ayudará de una mejor forma a formar un ser integral lleno de virtudes.