Cuando a los padres de familia nos indican que uno de nuestros hijos es autista, quizá no comprendamos su significado. Hemos tenido el privilegio de ser padres de una persona con autismo que actualmente es mayor de edad. Entendemos la angustia, ansiedad y diversidad de sentimientos que tienen lugar, como también conocemos las enormes satisfacciones, metas conquistadas y alegrías que una persona con autismo puede proporcionar.
Comparto algunas prácticas que han sido valiosas para nuestra familia. Es importantísimo recordar que todos somos únicos e irrepetibles y que no existen “recetas”. También que somos los primeros educadores de nuestros hijos.
Un diagnóstico fiable, realizado por profesionales bien referidos para establecer que en efecto se trata de autismo y descartar otras condiciones puede hacer una diferencia importante en el futuro nuestro hijo. De aquí que sea un tema que conviene abordar lo más pronto posible. Existe amplia literatura respecto a este tema; ciertamente no es fácil detectar el autismo inmediatamente.
Como una referencias de los síntomas por edades, comparto un enlace de hacer familia que considero les puede ser de utilidad. Hace especial énfasis en el entrenamiento precoz, por lo que mientras más pronto se asuma y se pongan medios de ayuda será mejor.
A veces la literatura que se encuentra, sobre todo en internet, es tan amplia, que puede abrumar. En ocasiones puede incluso presentar ideologías contrarias a nuestro proyecto educativo familiar. Por esta razón, conviene tener especial cuidado al elegir un grupo de ayuda para personas con autismo -generalmente en redes sociales- pidiendo apoyo de un especialista. Puede ser el psicopedagogo del colegio, una persona con criterio formado o el neurólogo pediatra quienes nos pueden aconsejar.
En el tema concreto de la educación, no importando el nivel de profundidad que la persona con autismo presente, las virtudes humanas tienen -igual que con cualquier persona- especial relevancia. El orden -la estructura en horario y ambiente-, la paciencia, la prudencia, la selección de estímulos y muchísimo amor son indispensables esta tarea. Comparto otro enlace de “hacer familia” con algunas ideas para estimular a los niños con autismo.
Rezar por nuestros hijos, y enseñarles a hacerlo también es nuestra responsabilidad sobre todo con el ejemplo. Y cuando ellos rezan por nosotros, ¡se nota!